June 28, 2010

1933


La artista estadounidense Sheryl Oring, creadora de instalaciones, la coreógrafa Sommer Ulrickson y el compositor Ari Benjamin Meyers rememoran con una instalación y un espectáculo de danza, en la plaza Bebelplatz, la quema de libros perpetrada en Berlín en 1933. Fotografías originales ofrecen una mirada histórica al espectáculo propagandístico multitudinario realizado por el régimen nacionalsocialista.

El 10 de mayo de 1933, a los sólo 3 meses y medio de la toma del poder por Adolf Hitler ardían las primeras hogueras delante la Universidad Friedrich-Wilhelm de Berlín. En presencia de Joseph Goebbels, quien dos meses antes habían sido nombrado por Hitler ministro de Ilustración Popular y Propaganda del Reich, los estudiantes nacionalsocialistas arrojaban a las llamas las obras catalogadas como "degeneradas" y anti-alemanas de escritores incómodos, como Heinrich Mann, Sigmund Freud, Karl Marx, Kurt Tucholsky, Carl von Ossietzki y Erich Kästner. 66 años más tarde, la artista estadounidense Sheryl Oring, creadora de instalaciones, la coreógrafa Sommer Ulrickson y el compositor Ari Benjamin Meyers recordaron en la plaza Bebelplatz, con una instalación y un espectáculo de danza, la bárbara escenificación multitudinaria organizada aquí por el régimen nacionalsocialista. La instalación consta de una gran jaula de barras de hierro oxidado y una máquinas de escribir de los años 20 y 30, dispuestas en forma de bloques habitacionales.
La llamada quema de libros en Berlín y en otras ciudades alemanas constituyó el principio de la eliminación, en las bibliotecas públicas, del "intelectualismo judío exagerado", como lo sentenció Goebbels. Según el régimen, el "hombre del futuro" debería ser no sólo un "hombre de libros" sino también un "hombre de carácter".

En los años siguientes, muchos intelectuales liberal-izquierdistas dieron la espalda a Alemania. Gran parte de ellos se adhirieron a la Academia Alemana de Bellas Artes y Ciencias en el exilio, fundada en Nueva York en 1936 por Hubertus Príncipe zu Löwenstein y presidida por Thomas Mann y Sigmund Freud. La academia mantuvo temporalmente representaciones europeas en Viena, Londres y París y entre sus afiliados figuraron científicos como Albert Einstein, Siegfried Marck o Paul Tillich, escritores como Heinrich Mann, Bertolt Brecht, Franz Werfel, Lion Feuchtwanger, Ernst Toller o Stefan Zweig, artistas como Paul Klee, Lyonel Feininger, Bruno Walter, Arnold Schönberg o Kurt Weill y arquitectos como Walter Gropius, Mies van der Rohe o Erich Mendelsohn.

Estos intelectuales expulsados de Alemania, que lucharon por una Alemania democrática en una Europa unida, enriquecieron sustancialmente la cultura de los países receptores, ante todo la de Estados Unidos de América, e influyeron de forma importante en la evolución de la Europa de posguerra.

Un monumento admonitorio recuerda, en el centro de la plaza Bebelplatz, las consecuencias de la quema de libros. Es una estantería vacía de libros, hundida en la tierra y cubierta por un vidrio. Delante de ella, una lápida recordatoria lleva inscritas las palabras de Heinrich Heine pronunciadas en 1820: "Esto fue sólo un preludio. Donde se quema libros, también se quema a la gente".

Fuente: Goethe-Institut, 1999

1 comment:

  1. che, es una poronga que en tu blog no aparece fechaaaaaaaaaaa!!! cambiá la configuración y ponelaaaaaaaaaaaaaaa

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